Situado como un autor profundamente transgresor y sexual, el alemán Helmut Newton despuntó como el padre del porno chic y como una figura indispensable en la historia de la fotografía moderna. Su movimiento se relaciona con la materialización fotográfica del vouyerismo y su legado en la fotografía erótica es de una gran riqueza.
Su estilo único, el carácter de su trabajo y su habilidad técnica frente a la cámara no han dejado indiferentes a varias generaciones de autores, estudiantes, artistas, espectadores y fanáticos de la fotografía erótica.
Los inicios de Helmut Newton y su educación
El que sería uno de los creadores indiscutibles del porno chic nacía en el año 1920, concretamente un 31 de octubre en la ciudad de Berlín. Helmut Newton crece en el seno de una familia privilegiada, lo que le facilitó dejar tempranamente la escuela para dedicarse a su gran pasión, la fotografía, y dedicarse a la vida de aprendiz con el fotógrafo Elsie Simon.
Este trabajo tan prometedor para su desarrollo artístico no duró todo lo que le hubiera gustado a aquel joven Helmut Newton, ya que pronto tuvo que abandonar Alemania huyendo del violento tratado que estaba ejerciendo Adolf Hitler con los judíos en todo el país.
El primer destino fue Singapur, con poca suerte a la hora de encontrar un trabajo con el que salir adelante en aquellas circunstancias, así que se mudó varias veces alrededor del país hasta que se asentó en Australia en el año 1940. Allí se estableció y construyó su vida con su esposa June Brunell.
Por fin pudo centrarse en su formación como fotógrafo, su creación artística y su futuro profesional, así que una vez allí las cosas fueron tomando forma para el que sería una figura relevante en la fotografía erótica mundial. Su obra fue apareciendo con los años en las revistas de moda más importantes en todo el mundo, y su talento se desarrolló sólidamente.
La carrera fotográfica de Helmut Newton
Una vez asentado en este país que le vería crecer como profesional y como padre del porno chic, Helmut Newton construyó un pequeño estudio fotográfico en Melbourne. Gracias al duro trabajo realizado en este íntimo taller consiguió ser publicado en la revista Vogue de Francia en el año 1961, lo que supondría el gran salto de su carrera creativa y su camino definitivo hacia la fotografía erótica.
Después de este importante empujón, su nombre fue muy relacionado con esta revista y sus siguientes líneas estéticas por lo que surgieron otros interesantes trabajos para otras publicaciones de muchísimo peso como Nova, Queen, Elle o Marie Claire y más ediciones de Vogue en otros países. El estilo tan particular de fotografía erótica que instauró en la moda era muy evidente, así que se ganó algunos apodos como “Prince of Porn” o “King of Kink”.
Su estilo estaba cada vez más claro y empezaba a ser perfectamente reconocible dentro del sector, gracias al carisma de cada una de sus obras. Esta marca tan personal de sus imágenes se consolidó definitivamente con el lanzamiento de su libro “La mujer blanca”, una edición de estilo erótico que define y detalla su visión artística y su estilo.
Las musas y damas poderosas del padre del porno chic
Una de las colecciones más impactantes de Helmut Newton fue la elaboración de retratos de mujeres con ropa de hombre, representando figuras de un gran poder y rompiendo los roles de género construidos socialmente. La serie produjo cierta controversia, y llamó la atención de muchas personas alrededor del mundo. Pese las posibles polémicas, Helmut Newton continuó con su estilo provocador y evolucionó en la expresión de su fotografía erótica.
Precisamente, la inmortalización de estas mujeres poderosas y completamente sensuales fue lo que convirtió a reste autor en una leyenda dentro de la industria de la moda y una eminencia para el desarrollo de la fotografía erótica. La influencia que ejerció en la visión de la mujer en la moda y los límites del erotismo permanece a día de hoy, cuando todavía se pueden apreciar sus referencias en los trabajos del sector contemporáneo.
Helmut Newton falleció en el año 2004 y sus fotografías todavía se disfrutan en galerías, libros y museos.